Adolescencia y sexualidad: Un tema para no dejar de lado

Adolescencia y sexualidad

El tema de adolescencia y sexualidad inquieta a la mayoría de padres de familia y es natural que surjan dudas relacionadas con cómo acompañar a sus hijos durante esta etapa y con cómo dialogar con ellos sobre este tema. Para los padres y madres de familia, esta es una preocupación que seguramente viven con mayor incertidumbre en la adolescencia de sus hijos e hijas.

¿Cómo acompañarles? Es la pregunta que seguramente ronda sus cabezas, particularmente cuando se ven enfrentados a las preguntas que hacen.

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Importancia de la sexualidad en la adolescencia

Para empezar, es importante aclarar que la sexualidad es una dimensión del ser humano que lo acompaña en el transcurso de su vida y que tiene que ver con las características físicas, biológicas, psicológicas, emocionales y afectivas del ser humano. Por lo tanto, debe entenderse desde una mirada amplia en donde se tenga en cuenta no solamente el contacto físico y lo que atañe a las relaciones sexuales, sino que también tiene que ver con la relación conmigo mismo y con otros, la interacción, la comunicación, el autoestima y el autoconcepto.

Así pues, la sexualidad tiene diversas funciones como son la biológica, comunicativa o relacional, afectiva y erótica, siendo esto clave a la hora de abordarlo con adolescentes.

La adolescencia es uno de los momentos del ciclo vital en donde hay más cambios visibles en los seres humanos, no solamente físicos, sino también psicológicos y sociales; surgen muchos cuestionamientos sobre el lugar que se ocupa en el grupo, así como preguntas por la propia identidad y se inicia una nueva etapa en la forma como se toman decisiones.

Lamentablemente, la dimensión de la sexualidad en la adolescencia, ha tenido una connotación de tabú en la sociedad, lo que en muchas ocasiones ha llevado a que sea un tema oculto, no se hable sobre este tema lo suficiente, pueda ser visto como algo secreto o prohibido lo cual lleva a la desinformación y a las prácticas de riesgo durante la adolescencia por una experimentación sin un acompañamiento efectivo.

Hablar de sexualidad con los adolescentes lleva a que se experimenten muchas emociones, sensaciones y pensamientos, tanto para ellos como para los adultos quienes los acompañan. El miedo, la vergüenza, la evasión, el autoritarismo o permisividad pueden estar presentes, no se trata de invalidar dichas sensaciones, sino al contrario, poder reconocer que todo lo mencionado puede estar presente al abordar el tema en mención.

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Entendiendo esto, se puede trabajar en que estas conversaciones se den de forma natural y empiecen a ser parte de la vida cotidiana de los hogares, ya que, como se mencionó anteriormente la sexualidad tiene una amplia connotación en donde preguntas como ¿cómo estuvo tu día en el colegio? ¿cómo te llevas con tus compañeros? ¿cómo te sentiste hoy? Hacen parte del tema de la sexualidad.

También es importante tener en cuenta que si ellos no ponen el tema, conviene que padres y madres tomen la iniciativa. Una manera de hacerlo es involucrando la experiencia personal en la pregunta. Por ejemplo: “En mi mi adolescencia yo tenía muchas dudas sobre los cambios que sentía en mi cuerpo y en mi manera de comportarme. ¿A ti te ha pasado? ¿Quieres que conversemos sobre ello?”.

Se trata de crear un clima de empatía (me puedo poner en tu situación, porque yo ya lo viví), de confianza (por el tono con el que se habla) y sin presión (¿quieres que conversemos?).

En definitiva, es importante generar dichos espacios de diálogo en las familias, en donde se validen las emociones al respecto y en donde se puedan aclarar dudas sin que se juzgue. Lo anterior favorece a que haya mayor acercamiento entre los padres y los hijos en un tema tan importante como la adolescencia y la sexualidad. Esto ayuda a que los jóvenes cuenten con factores protectores y tomen decisiones que les permitan vivir con tranquilidad sus proyectos de vida.

Escrito por Lina Ocampo, psicóloga de San Diego

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