La salud y el bienestar de los niños son aspectos fundamentales para su desarrollo integral. Muchos factores influyen en esto, incluidas las emociones. Estas no solo son respuestas naturales a diferentes situaciones, sino que también tienen un impacto significativo en la salud física y mental de los niños. Lee este artículo para saber cómo las emociones afectan la salud de los niños y la importancia de fomentar un equilibrio emocional desde una edad temprana.
Importancia de las emociones en la salud de los niños
Las emociones son una respuesta natural para el ser humano, no se pueden eliminar o rechazar ya que hacen parte de nosotros. Nos permiten tener un contacto con la realidad, son disposiciones para la acción y disponen nuestros sistemas nerviosos para generar un comportamiento e impulsar nuestras acciones; son el motor de los comportamientos humanos.
Tenemos emociones agradables y desagradables, hay algunas que nos gusta tener como el disfrute y el amor y otras que no son tan agradables como la ansiedad y la tristeza. Así podemos entonces clasificarlas: las que nos agradan y las que no.
El gran reto con las emociones no consiste en tenerlas o no tenerlas sino en qué hacer con ellas. Nuestro gran conflicto no tiene que ver con sentir sino qué hacer con lo que sentimos, esto es lo que se denomina gestión emocional.
La gestión emocional consiste en darle dirección a las emociones para que estas no generen conmoción dentro de nosotros. cuando no le damos una dirección clara y sana, estas tienden a tomar el control sobre nuestro comportamiento y terminan disponiendo nuestro sistema para que nos comportemos de una determinada forma sin que los queramos.
Por ejemplo, al tener rabia y no saber gestionarla, esta determina nuestra actitud y condiciona nuestro sistema nervioso lo cual nos puede llevar a comportamientos como excluir a alguien, alzarle la voz o golpearla. Como consecuencia, terminamos afianzando y agradando nuestros problemas.
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Ahora bien, las emociones no se quedan quietas, se mueven, siempre van a querer salir. Una mala gestión lleva a que estas se manifiesten a través del cuerpo ya sea con dolores de cabeza o cuello, una acción repentina que no se puede controlar, aceleración en la respiración o tensión muscular. Es ahí en donde empiezan no solo a afectar nuestra salud mental sino también nuestra salud física. A medida que pasa el tiempo el cuerpo se irá afectando cada vez más.
Una forma de acompañar a los niños y jóvenes a gestionar estas emociones y que no se manifiesten en su salud física es ayudándoles a que puedan expresar lo que sienten. No juzgar o evitar su reacción, si un niño se siente triste se le debe permitir que sienta esta tristeza y acompañarlo a sentirla. Permitir que surjan y que, desde la conciencia que tienen de lo que está sintiendo, puedan comprender a qué lo invita, hacer una reflexión sobre lo que se siente y sacar acciones o actitudes positivas para encontrar el aprendizaje al que lo están llevando.
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En conclusión podemos decir que las emociones juegan un papel vital en la vida de los niños y tienen un impacto significativo en su salud física y mental. Es esencial que los adultos, incluidos los padres, docentes y profesionales de la salud, reconozcan la importancia de fomentar un equilibrio emocional en los niños desde una edad temprana al proporcionar un entorno seguro y de apoyo, así como enseñarles habilidades de inteligencia emocional, con el fin de desarrollar una relación saludable con sus emociones.
El cuidado de la salud emocional de los niños no solo implica la gestión de emociones negativas, sino también fomentar emociones positivas. La alegría, el amor, la gratitud y la empatía son emociones que promueven la salud y el bienestar en los niños. Al alentar y celebrar las emociones positivas, les estamos proporcionando herramientas para construir una mentalidad positiva y una mayor resiliencia emocional.
Es esencial destacar que la conexión entre las emociones y la salud de los niños es bidireccional. No solo las emociones afectan la salud, sino que también la salud puede influir en las emociones de los niños. Por lo tanto, es fundamental abordar las necesidades de salud física y mental de los niños de manera integral.